A menudo me preguntan sobre el costo de mis servicios como fotógrafo de bodas, uno de los grandes debates al momento de la planificaciòn del matrimonio, ya que existen muchas aristas que se deben considerar, y sobre todo, debe ser una desición en la que la pareja debe estar 100% de acuerdo.


Es común que muchas parejas lamentablemente desaparecen después de recibir una cotización mía, y los entiendo perfectamente, pero al mismo tiempo me quedo con ese mal sabor de boca de no haber tenido la oportunidad de conversar con tranquilidad y explicar por que "tantos ceros", y por eso quiero compartir con ustedes una pequeña lista del por qué la fotografía de bodas es una inversión que vale la pena, más allá de un gasto.


1.- Experiencia

En mi caso, son más de 15 años contando historias, y aunque sigo aprendiendo con cada matrimonio que tengo el privilegio de documentar, la experiencia para enfrentar casi cualquier tipo de situación y salir adelate es uno de los aspectos más valiosos que puede tener un fotógrafo de bodas. He trabajado en numerosas bodas (más de 200 a la fecha) y cada uno de ellos me ha permitido perfeccionar mis habilidades, afinar el ojo, desarrollar un estilo sólido y confiable. Sé cómo anticipar momentos cruciales y capturarlos de forma natural, y ser así un aporte constante, no sólo el gran día, sino durante todo el proceso de planeación, y que al final todo resulte tal como lo soñaron, y mucho mejor.


2.- Estudios y formación constante

Todos los años dedico gran parte de mi tiempo para asistir a congresos, cursos, mentorias y estudiar las nuevas tendencias y tecnologías al servicio de la fotografía. No solo es llegar y apretar un botón, sino hacer decenas de cálculos y toma de decisiones en fracción de segundos para cada imagen que registro, y esos conocimientos demandan tiempo, esfuerzo, dedicación y dinero (en mi caso, anualmente invierto aprox 15-20% de mis ingresos en formación), y esta inversión en mi desarrollo personal y profesional, es fundamental para brindar un servicio de calidad a cada pareja que confía en mis servicios.


3.- Tiempo

Capturar una boda requiere hasta 15 horas de trabajo, sólo durante el día del evento, además de decenas de horas de respaldo, selección, revelado y postproducción y finalmente la entrega de las fotografías a los recién casados. Un matrimonio en promedio demanda aproximadamente entre 30 y 50 horas de trabajo totales. Desde mi punto de vista, éste es el ítem que mayor valor tiene, ya que es un tiempo no da marcha atrás, llevandonos muchas veces a sacrificar momentos importantes de nuestras familias y amistades, y eso, en verdad vale mucho.


4.- Equipamiento

La cámara no hace al fotógrafo, es verdad, pero un equipo profesional entrega resultados que complementan el talento del fotógrafo. Las cámaras de alta gama, lentes especializados, equipo de iluminación, dispositivos de almacenamiento profesionales, equipos de seguridad, potentes equipos computacionales, impresoras profesionales, y un sin fin de pequeños "chiches", son los que acopañan mi trabajo y me permiten llevar al máximo sus capacidades y nunca perder un instante que pueda ser un momento memorable y perpetuarlo para contar su historia.


5.- Patrimonio visual

El valor de la fotografía de bodas radica en su capacidad para capturar momentos que perdurarán para siempre y se conviertan en el patrimonio visual de cada familia, y con el paso del tiempo adquieren un mayor valor sentimental al mantener vivos los recuerdos de su gran día, y registros de nuestros seres queridos cuando ya no nos acompañan. Las fotos de su boda se convertirán en tesoros familiares, y por eso la inversión en un fotógrafo de calidad, garantiza que las imágenes sean atemporales y emocionalmente significativas.


En resumen, el costo de la fotografía de bodas refleja la inversión en tiempo, equipamiento, estudios, experiencia, seriedad y calidad duradera que un fotógrafo aporta a su gran día. Es una inversión en recuerdos para toda la vida, y al contratar a un fotógrafo experimentado y comprometido, estás asegurando que tu boda se documente de la manera más hermosa y auténtica posible.