Con los años (más de 10!!!), he ido puliendo mi estilo y narrativa visual. Mis registros son íntimos y naturales, dando el protagonismo a las emociones y espontaneidad; sigiloso (casi siempre), busco estar en el lugar preciso para registrar cada instante y detalle de su gran día. Documento su historia, como si fuera la mía.

Conmigo no hay poses, acompaño y dirijo a las parejas en momentos específicos, buscando la luz y encuadre perfecto, generando armonía y conjugar todo en imágenes que transmitan emociones.

Soy casi como un invitado más, paso inadvertido (insisto, casi siempre) y durante el día me voy adaptando a las situaciones y los invitados para lograr un registro personalizado.

Mi misión es atrapar todas las sensaciones y emociones que irradian las parejas en su gran día, y que al ver sus fotografías, revivan esos momentos.

Soy mexicano y vivo en la ciudad de Punta Arenas, Chile. Trabajo en toda la Región de Magallanes, en el extremo sur, donde comienza el continente, y voy a donde me lleven. Siempre tengo mi maleta lista. (Disponible para viajar a cualquier parte de Chile y el extranjero).

Aunque una década, y más de 200 matrimonios de experiencia deberían ser suficientes, para su tranquilidad y respaldo, solo trabajo bajo contrato.

Un documento formulado para respaldarlos a ustedes, donde se detallan todas las características del servicio que están contratando, plazos de entrega, tarifas, etc.

Además, contiene las responsabilidades que adquieren la pareja y el fotógrafo, para trabajar en equipo, de forma honesta y profesional.

¿La verdad?, no lo sé, no tengo una cantidad fija. Aunque todos los matrimonios tienen una estructura similar, cada uno es distinto, con emociones y momentos diversos que deben registrarse, pues son parte de la historia, y cada uno va sumando.

Pero si hay que ponerle un número, desde 500 imágenes en adelante.

Entre 10 y 15 días después de su matrimonio (a veces menos), todas las fotografías estarán disponibles en una galería virtual privada, desde donde podrán descargar y compartir sus imágenes, crear selecciones personalizadas y solicitar productos impresos.

Posterior a eso, les entrego un pendrive con todas sus fotografías en alta resolución, con lo que concluye en su totalidad mi servicio a la pareja.

No acepto trabajos sin tener una reunión presencial previa (o virtual, si la situación sanitaria o la distancia lo ameritan). Como le comento a las parejas que se interesan en mi trabajo, "no es lo mismo comprar zapatos por internet, que probárselos en la tienda". Sí, para algunas cosas soy muy "old school".

Las reuniones son fundamentales, pues nos permiten conversar, y despejar cualquier duda que tengan con toda tranquilidad; mostrarles físicamente todo lo que incluye y representa mi servicio, y no quedarse con la idea de "ceros y más ceros" en una cotización, por el contrario, que vean que cada peso invertido, valdrá la pena.

Las reuniones nos permiten conocernos, y tener una primera instancia donde puedo transmitirles la experiencia acumulada, y ayudarles a planificar y/o conseguir a los mejores proveedores para que su evento sea todo un éxito.

Finalmente, y no menos importante, cuando la pareja decide cuál alternativa de servicio se adapta más a lo que quieren para su matrimonio, se reserva la fecha con el anticipo del 50% y se firma el contrato.

Recomiendo como mínimo tres meses antes, pero ese margen varía según la fecha en que se realice su matrimonio.

La temporada alta se considera entre octubre y marzo, y para esas fechas mi agenda comienza a llenarse desde abril-mayo, ya que no sólo hay matrimonios, sino licenciaturas de colegios, y fiestas de fin de año de empresas y servicios públicos.

Entre abril y septiembre es más "relajado", pero siempre hay demanda.

Pueden tener un evento de película, y toda la pasión que le pongan a la organización de su matrimonio, debe verse reflejado en un registro que le haga justicia a ese esmero, y que mantenga intactos sus recuerdos.

Al final de todo, sólo quedarán las fotos...

No. Siempre trabajo acompañado de un asistente, y mi recomendación es contar con 2o fotógrafo.

Tener un "second", me permite trabajar más tranquilo y potenciar la creatividad, además que ofrece distintas vistas de los momentos más importantes, y aparecen muchas más fotos del "lado B", porque mi principal preocupación, siempre es la pareja.

!No es un gasto, es una inversión en sus recuerdos!

A esta pregunta mi respuesta siempre será un si, rotundo y categórico.

Las sesiones preboda nos permiten conocernos más, y a ustedes les permite verme en acción y acostumbrarse a mi presencia.

Siempre lo pasamos bien y se genera una mayor complicidad, y al no tener la presión por cumplir con el programa del matrimonio, surgen nuevas ideas en conjunto y les quedará un primer registro profesional y emotivo, algo que ayuda muchísimo para ponerse en "modo matri", además que dejan de verme solo como "el fotógrafo", sino como un amigo que los va a acompañar y apoyar, para que todo salga de maravilla y verlos felices en su gran día.

Y a mí, me permiten obtener información súper valiosa de la dinámica de cada pareja, e incorporar esos elementos al reportaje el día de su matrimonio.

Es una apuesta "Win/Win"

No. Mi servicio es por evento y no está limitado a horarios. Eso les permite a las parejas y sus invitados, fluir de forma natural y no apurar las cosas antes que se vaya el fotógrafo.

Wedding Planner, una excelente iluminación, video y un buen dj.

Eso no desmerece el trabajo de otros proveedores o profesionales, todos aportan para que su evento sea maravilloso, pero en esos items yo recomiendo no escatimar, pues son los que principalmente trabajan en equipo para que sus recuerdos se materialicen y perduren, y que sus invitados lo pasen increíble.

Tenemos Fotocabina, Espejo Mágico, Plataforma de Video 360, y convenios súper interesantes con varios proveedores de la zona.