El matrimonio es el gran evento de sus vidas. Durante meses (o años) han dedicado incontables horas para su planificación y que ese día todo sea perfecto. Cada detalle tiene una razón de ser y estar presente. Todos los invitados y proveedores fueron elegidos con pinzas. Todo saldrá espectacular.
A la mañana siguiente, como por arte de magia, todo será sólo un recuerdo. La decoración ya no estará, el vestido estará guardado, el salón estará limpio y esperando a sus próximos visitantes. Sólo quedan algunas sobras del banquete y algo de torta (con suerte), y una montaña de recuerdos confusos de la intensa jornada y sentimientos aún a flor de piel. Es momento de despertar y volver a la realidad. El matrimonio ya pasó y sólo tendrán sus recuerdos... ¡y sus fotos!
Efectivamente, después de todo, lo único que quedará para el resto de sus vidas, aparte de su amor y sus recuerdos, serán sus fotografías. Es por eso que una de las decisiones más importantes y difíciles para la organización de su matrimonio es la de contratar al fotógrafo (y una de las primeras cosas que deben hacer, créanme). El fotógrafo será el encargado de registrar cada uno de los momentos de su gran día y así mantenerlos vivos por siempre. ¿Qué es lo más importante para elegir al fotógrafo? Pues los novios que han confiado en nuestro trabajo nos han contado lo siguiente:
1.- Trayectoria
"Más vale diablo conocido, que santo por conocer" o algo así dicen las abuelas. Contar con un fotógrafo que tenga una trayectoria reconocida es fundamental, pues se estará haciendo una apuesta segura al confiarle la enorme responsabilidad de inmortalizar su matrimonio. De su trabajo dependerán si sus recuerdos son buenos o malos.
2.- Su estilo fotográfico
Igual que cada artista, cada fotógrafo tiene un estilo propio. Existen varias tendencias, pero entre los estilos más comunes están la fotografía social (más posado, "de revista"); la fotografía artística (elaboradas composiciones y juego de luces), o el fotorreportaje (momentos espontáneos y naturales). Cada fotógrafo, según su estilo, obtiene y entrega resultados muy distintos. Cuando busquen a su fotógrafo, recuerden que su estilo debe representarlos a ustedes. Deben sentirse cómodos y seguros con lo que él hace, pues serán ustedes quienes se paren frente a su cámara.
3.- Forma de trabajar
Es fundamental saber cómo trabaja el fotógrafo, y sentirse cómodos con su metodología y las condiciones del servicio. No se trata solo de contratarlo, sino estar al tanto y completamente conformes con la forma de pago, fechas de entrega, si se trata de un fotógrafo o un equipo, si el servicio se considera por reportaje completo, o por horas, que garantías ofrece, etc. Recuerden que es el encargado de contar su historia e inmortalizar sus recuerdos.
4.- Contrato
En un mundo mágico e ideal, la palabra de dos personas debería ser suficiente, pero la formalidad de un contrato es una garantía que no cualquiera se atreve a ofrecer ya que legalmente lo obliga a cumplir a cabalidad cualquier ofrecimiento o compromiso, por pequeño que sea. Este puede ser uno de los tips de oro (quizás el principal), para poder distinguir la diferencia entre un verdadero profesional y un aficionado. Un contrato de los servicios solicitados, lo más detallado posible, es ley absoluta en ambas direcciones.
5.- Feeling
"El papel aguanta todo", y en la era moderna las redes sociales y sitio web pueden decir mucho, o eso creemos. Poder conocer personalmente al fotógrafo antes de contratarlo es sin duda un filtro más para poder elegir al encargado de inmortalizar su matrimonio. Si no hay "feeling" no es el indicad@ pues por más que les gusten sus fotos, si no se sienten cómodos con su personalidad, trato, o incluso algo tan banal como su apariencia, estarán incómodos con el/ella y pendientes de otras cosas. Hay que recordar que es al proveedor que verán de principio a fin el día de su matrimonio.
6.- A la fuerza ni los zapatos entran
Aunque la asociatividad es una maravillosa y respetable práctica de apoyo entre empresarios y emprendedores, algunos salones de eventos o banqueteros tienen convenios especiales con fotógrafos y otros servicios. En ningún caso deben sentirse obligados a aceptar los servicios de un fotógrafo que no sea el que ustedes desean contratar. De igual forma, si algún familiar o invitado insiste en "regalarles al fotógrafo", debe ser el que ustedes elijan y no el que ellos quieran.
7.- Referencias
Más allá de lo que pueda mostrarse en Instagram, Facebook o una página web, las referencias personales de quienes han contratado los servicios de un profesional son la verdadera carta de presentación de su trabajo. Consigan referencias, y si es posible, reúnanse con otras parejas que hayan contratado al fotógrafo que ustedes desean, y pregúntenles todo lo que se les ocurra.
8.- Red de contactos
Al momento de cotizar a cada los proveedor de su matrimonio, pídanles recomendaciones y referencias de otros servicios. Se darán cuenta que hay nombres y empresas que se repiten entre la mayoría (incluidos los fotógrafos), y no se trata de colusión. En este mundillo de los eventos nos conocemos entre todos y sabemos como trabaja cada quien, y con esa confianza podemos recomendar a los que mejor trabajan o con los que mejor se trabaja como un equipo de profesionales al servicio de su matrimonio.
9.- Experiencia + equipamiento
La cámara no hace al fotógrafo, eso es un hecho. Contratar al responsable de inmortalizar los recuerdos del día más importante de sus vidas no debe tomarse a la ligera. Actualmente la mercadotecnia y globalización volvieron muy accesibles las cámaras fotográficas "profesionales" y a diario surgen "photographers" que ofrecen sus servicios sin tener los estudios y experiencia necesarios, y lamentablemente quedan al debe con sus clientes por no contar, con la experiencia suficiente, y además, con tecnología apropiada para realizar la pega. Un matrimonio no es para practicar, no hay prueba y error, como en otros tipos de sesiones o proyectos. Es un evento irrepetible y esa es una gran responsabilidad que no debe entregarse a cualquiera.
10.- Todas las anteriores
La decisión es difícil. No lo hagan a la ligera. Tómense el tiempo necesario y coticen. Consulten. Investiguen. Será el tiempo y plata mejor invertido en su matrimonio.
¿Nos faltó alguna?, cuéntanos.