Se propusieron matrimonio y dieron que sí. La parte difícil ya pasó ¿o no?.


Siento informarles que no (música dramática de fondo), pero lo que puedo asegurarles es que a partir de ese gran “sí, quiero casarme contigo”, iniciaron juntos una gran aventura que revolucionará sus vidas y las de muchas personas que los acompañarán en su gran día. Una lista normal e involuntariamente gigantesca, en la que hay que trabajar juntos por mucho tiempo.


Conversando con las novias y los novios, es muy entretenido descubrir que la mayoría de las parejas atraviesan las mismas dificultades y situaciones para definir quiénes estarán presentes ese día, y por más cariño y estima que se le pueda tener a todo el mundo, no hay lugar, ni cuenta corriente que pueda con tanto.


Es momento de relajarse, preparar algo para el picoteo y alguna copita para acompañar, y disponerse a hacer un gran recorrido por su árbol genealógico, listas de amigos, compañeros de trabajo, etc, y enfrentarse a uno de los temas más jodidos de resolver frente a la organización de su matrimonio. A continuación les comparto una lista de recomendaciones/filtro que he recopilado con otras parejas que sobrevivieron a esta aventura y ahora están felizmente casados.


1. Presupuesto

Hay que ser claros. No hay bolsillo que aguante invitar a todas las personas que nos gustaría o “debemos” invitar. Saber con claridad con cuánto capital se dispone les permitirá administrarlo de la mejor forma y en base a eso poner un “tope” de invitados. (En un mundo mágico e ideal ese número no debería ser sobrepasado).


2. Tipo de evento

Esta pregunta va de la mano de la anterior, pues además de saber cuánto están dispuestos a invertir en este gran evento, la idea de hacer un matrimonio íntimo o “a lo grande”, vuelve más o menos flexible el límite de invitados que la pareja se auto impone.


3. Familia

En este punto comienza a ponerse difícil y debe ser conversado con calma y llegar a un consenso. ¿Se incluye a la parentela completa o solamente a los familiares más cercanos? El mejor filtro para esta encrucijada (cada vez más común entre las parejas), es valorar realmente cuan cercanos a la relación han sido, su aporte, presencia en momentos cruciales y no considerar el afecto (muchas veces engañoso) de que “ella me cambió el pañal un día” o “siempre estaba en casa de mis papás”.


4. Amigos y pareja

Una interrogante difícil, pero hay que ser prácticos y no calentarse mucho la cabeza. Los amigos más cercanos. Los que han estado en las buenas, en las malas y en las feas, deben estar. Sí o sí. Esas amistades, si son casados o tienen una vida estable en pareja, no hay que darle muchas vueltas al asunto, van acompañados, y los amigos/as “que cambian de pareja como de calcetines”, es preferible que asistan solos y así darle ese espacio a otras personas a las que se quiere incluir en la lista que sean más cercanas a su historia como pareja.


5. Compañeros de la pega

“Es que tengo que verlos todos los días”… ¿Y? Trabajar en el mismo lugar no hace meritorio a nadie para estar presente y compartir un día tan importante para ustedes. No se sientan presionados por esto. Sean claros y denle valor y un espacio a aquellos compañeros que los han apoyado como personas y como pareja. Amigos, más que compañeros.


6. El jefe

Mismo caso. Una terrible y absurda presión social. El jefe, es eso. El jefe en el trabajo y no necesariamente un amigo fuera de la oficina. Si se mantiene con él/ella una relación más allá de la estrictamente laboral, podría considerarse, siempre que cumpla con el filtro “presencia y aporte a la relación”.


7. Niños

Difícil, especialmente si la familia más cercana o los amigos más queridos los tienen. Si su evento es de noche, tal vez lo mejor será dejarlos a un lado, y evitarle a sus invitados que estén más preocupados por sus hijos, de alimentarlos, cuidarlos y entretenerlos, que de acompañarlos a ustedes, además de tener que retirarse antes de tiempo si a los pequeños les llega la hora de dormir. Lo importante es ser claros al momento de transmitir esa información y darle prioridad a esos invitados al momento de repartir los partes, para que tengan el mayor tiempo posible para organizar quién se hará cargo de los hijos.


8. Invitados de los papás

Antiguamente las familias costeaban todo y ellos eran los que “cortaban el queque”. Si los padres de uno o ambos hace algún aporte, claro que les da derecho de invitar a un par de amigos cercanos, pero finalmente el matrimonio es de ustedes. No se sientan presionados por aportes de terceros, sus aportes son voluntarios.


9. Familia/amigos de otras regiones/paises

Si para ustedes es importante su presencia, considérenlos e invítenlos. Sólo ellos sabrán si pueden o no asistir. No es una obligación, que no les importe “el qué dirán”.


10. Amigos que terminaron su relación

Más allá de sus diferencias como pareja, si para ustedes han sido importantes en su historia de vida y quieren compartir con ellos el gran día, no tengan temor en invitarlos. “Ya será cosa de ellos si se saludan o no”.


Sin duda alguna la primera gran tarea en el camino de organizar el matrimonio. Dense el tiempo suficiente para pensar y conversar sobre quienes estarán en la lista. Tengan mucha paciencia y cuando se compliquen las cosas deténganse y continúen otro día.